jueves, 26 de noviembre de 2015

¡Ayuda! ¡A mi bebé no le gusta ser porteado!

En ocasiones no poco frecuentes, mamás o papás que recién comienzan a portear se encuentran con la sorpresa de que su bebé llora incansablemente apenas colocado en el portabebé, se pone como un palo, patalea, o tira la cabeza hacia atrás. Por más que la postura sea la mejor que sus padres/madres pueden lograr, por más que todo el mundo diga que ahí van todos muy cómodos y que a todos les gusta, a estas familias no les resulta tan fácil. De repente, la compra del portabebé parece haber sido una mala decisión. A ellos les decimos: ¡A no desesperar! Si al bebé le gusta ir en brazos, es bastante improbable que nunca le guste ser porteado. Muy posiblemente sea necesaria más paciencia, práctica y costumbre, pero tengamos en cuenta que, si porteamos desde el nacimiento, siempre será más fácil que si comenzamos más tarde.

Aquí van algunos consejos para poner en práctica antes de lanzarse a vender o guardar ese bendito portabebé, sobre todo dirigidos a quienes están dando sus primeros pasos en el porteo con su bebé.
  • Saber usar el portabebé y que éste sea ergonómico. Esto quiere decir que practiquemos un poco antes, con algún muñeco o peluche, los nudos, el ajuste, la posición, ponerlo y sacarlo. Es importante tener en cuenta las bases fundamentales del porteo ergonómico, para que el bebé no se sienta incómodo al ser porteado. Recordar que el portabebé debe adaptarse al bebé y no al revés.
  • Mantener la calma y acumular paciencia. Nuestros bebés son pequeñas esponjas de todo aquello que nosotros sentimos, así que procuremos encontrarnos bien dispuestos/as y tranquilos/as al momento de intentar. Evitar las salidas apuradas por horarios y los viajes largos para las primeras veces. Intentar tener algo de práctica antes de probar con el bebé, también es sumamente recomendable, pues nos hará estar más seguros/as y menos nerviosos/as a la hora de portear.
  • Buscar el mejor momento. Si el bebé tiene hambre, dolor de panza, recién se acaba de despertar o su pañal necesita ser cambiado en breve, será mejor esperar, ya que la idea es que asocie el ser porteado con un lindo momento. Es una buena idea que, al menos al comienzo, el bebé esté limpio, alimentado y de buen humor. Hay quienes prefieren que se encuentre en medio de siestas y quienes buscan que tenga algo de sueño para poder dormirlo en el portabebé. La opción correcta será la que nos indique el bebé, por supuesto.
  • Chequear la temperatura y vestimenta antes de portear. Recordemos que el portabebé equivale a una capa de ropa (o más, según el portabebé y nudo utilizado). Para el verano será suficiente con una remerita o body, o sólo en pañal; mientras que, en invierno conviene agregar a la ropa habitual, un abrigo por encima del portabebé o que cubra a ambos (no es conveniente portear al bebé con su abrigo puesto). Lo más recomendable, tanto para el/la bebé como para su porteador/a, es usar ropa respirable de algodón sin fibras sintéticas.
  • Moverse, bailar, hablar, cantar, calmar… Repetir. Sobre todo las primeras veces, es probable que lo nuevo de estar envuelto en algo los haga distraer del hecho de estar pegaditos a mamá/papá y no los deje disfrutarlo. Para eso, es bueno ir haciendo movimientos mientras lo colocamos, pequeños rebotes como imitando el caminar, palmaditas o caricias, cantarles un poquito, hablarles dulcemente sobre lo que estamos haciendo, anticiparles qué vamos a hacer, o caminar mientras nos colocamos el portabebé (¡cuidado con las tiras del fular!). Portear y salir inmediatamente (o directamente portear afuera en la calle, si ya tienen práctica) suele funcionar la mayoría de las veces.
  • Usar las manos. Si se retuerce mientras lo estamos poniendo en el portabebé, podemos sujetar su cabecita o acariciar su cuerpo con las manos, para que no sólo sea el roce extraño de la tela lo que sienta, sino también nuestra piel que ya conoce y ama.
  • No obligar. Si no quiere, no quiere. Si después de intentarlo todo por calmar y consolar al bebé, no hemos  tenido éxito, o si después de pocos minutos de paz ya no quiere estar ahí y comienza a mostrarse molesto, no lo vamos a forzar. Es preferible sacarlo del portabebé, hacer otra cosa e intentarlo más tarde, evitando así que lo asocie con algo negativo.
  • Probar de a poco. Es recomendable, las primeras veces, portear durante períodos cortos pero hacerlo todos los días un ratito. Dejar que el bebé lo decida. Si está molesto, lo sacaremos, si se queda tranquilo, seguiremos un ratito más.

Como en otros aspectos de la crianza, es importante observar y tener en cuenta las reacciones del bebé. Hacerle saber que su sentir nos importa y que lo respetamos es clave para lograr una buena comprensión mutua y, una vez que nos conocemos mejor, será todo mucho más fácil y llevadero. Esperamos que alguno de estos consejos les sea de utilidad para que muy pronto puedan disfrutar de todos los beneficios que nos traen el porteo y la crianza en brazos.

martes, 17 de noviembre de 2015

Beneficios para los porteadores

Cuando hablamos de porteo, por lo general, nos concentramos en el bebé, los beneficios para ellos y lo maravillosa que resulta la experiencia, pero son pocas las veces en las que nos centramos en hablar de los beneficios para los papás y mamás porteadores.

Con toda la intención de convencerlos cada día más a que se involucren en esta hermosa experiencia, vamos hoy a darles más motivos para hacerlo.

Uno de los motivos principales es que, al ver a nuestro bebé tan contento y tranquilo, inmediatamente, nos sentimos de la misma manera y nada mejor que vivir felices y contagiar tanta alegría.

Llevar al bebé en un portabebé facilita el apego con sus padres y reduce el impacto que pueden tener sus demandas (y la necesidad de satisfacción inmediata) con respecto a otros integrantes de la familia (como algún hermanito mayor). Lograr entendernos con nuestros bebés de manera más simple, también permite que nuestra percepción de sus necesidades se vea modificada, ¿cómo?, pues estar tan cerca de nuestros hijos nos permite “leer” con más claridad lo que desean. Por lo tanto, nos entendemos mejor y entender a nuestro bebé que sólo se comunica con llanto o gestos, nos hace sentir invencibles.

Otro de los tantos beneficios para el porteador es que hace que las separaciones diarias (por trabajo, o para dormir) o las separaciones eventuales (una hospitalización, por ejemplo) no sean tan difíciles tanto para el bebé como para el porteador y la tan conocida “culpa” con la que todos cargamos a diario se haga más llevadera.

Y, como muchas veces lo dijimos, el porteo facilita la lactancia, lo cual, sin dudas, resulta en la felicidad y realización de una mamá por el gran logro de poder afianzar la lactancia durante los primeros meses, principalmente.

¿Todavía no se convencieron de que es beneficioso portear? Bueno, aquí les mostramos algunos beneficios para el cuerpo del porteador.

Al contrario de lo que todos creen, portear no es (ni debe ser) doloroso ya que las telas distribuyen el peso del bebé de manera uniforme. Si una mamá o papá portea a su bebé desde el nacimiento, sus músculos se van fortaleciendo a medida que el peso del bebé aumenta; entonces, ese fortalecimiento es progresivo. Incluso, algunos padres sostienen que sus constantes dolores de espalda se fueron reduciendo con el porteo, ya que también mejora la postura.

Esperamos que estos beneficios los convenzan cada día más de experimentar esta forma de criar a nuestros bebés. Apreciar la cercanía permanente con ellos y conectarse a nivel emocional y que, además, mejore la postura o los dolores posturales, hace que el porteo sea una de las maneras más saludables y felices que existen para llevar a nuestros bebés con nosotros.

lunes, 9 de noviembre de 2015

El porteo para familias con más de un hijo

Sabemos que el porteo tiene variadas ventajas en la vida cotidiana y trae beneficios tanto a mamá como a bebé. La mayoría de las familias que hoy llega al mundo del porteo ergonómico, lo hace con su primer bebé, y muchas de ellas comienzan a recopilar información desde el embarazo. Sin embargo, hay gran cantidad de mamás y papás que esperan un segundo hijo/a, y que también pueden beneficiarse enormemente de adoptar la crianza en brazos.

Cuando la familia se amplía, nuestras responsabilidades como pa/madres también se multiplican, pero seguimos siendo un cuerpo individual, con dos brazos y dos piernas. ¿Puede el porteo ergonómico ayudarnos? Sí, y mucho.

Está claro para nosotros que las necesidades del recién nacido precisan atención inmediata y que el contacto cercano y continuo nos permiten brindarles todo esto. Su hermanito/a mayor también tiene necesidades y, aunque éstas en general no requieran una atención tan urgente, lo cierto es que no podemos (no debemos) descuidarlas. Un niño/a pequeño/a todavía necesitará de nuestra mano para cruzar la calle, de nuestra cercanía al ir a la plaza, de nuestra guía haciendo una tarea escolar, o que lo llevemos a la escuela o a la casa de alguien, o que lo acompañemos en alguna actividad deportiva. Además, siempre, siempre necesitará de nuestras expresiones de afecto y contacto, de la recarga emocional que fortalece el vínculo.

Mediante el uso de un portabebé ergonómico, el más pequeño tiene lo que necesita: contacto físico, cercanía y atención constante. Mientras que el mayor lo tendrá también: nuestras dos manos para atenderlo y cuidarlo, nuestra cercanía y cuidados atentos. Podremos pasar tiempo de calidad en familia, sin desesperar tanto por cosas que suceden en simultáneo, realizar nuestras habituales tareas en el hogar sin descuidar a ninguno, sin tener que dejarlos mucho tiempo en un corralito, sillita o coche, salir de casa a hacer una compra sin enloquecer (demasiado)…

En otro nivel, tal vez más general, el porteo nos permite transitar este gran cambio para la familia de una forma más relajada. Nuestro hijo/a mayor experimentará momentos de celos, inevitablemente, pero podemos suavizar esta situación al estar más disponibles y cerca para lo que necesiten. Además, también estaremos ayudando a que el recién nacido se incorpore naturalmente y sin esfuerzos a la vida cotidiana familiar, y a que ambos hermanitos vayan armando su vínculo fraternal, estando bien cerquita, compartiendo a mamá/papá e interactuando entre ellos.

¿Están esperando un segundo o tercer bebé? ¿Ya pensaron en portear? ¡No duden en consultarnos!


domingo, 8 de noviembre de 2015

Semana Internacional de la Crianza en Brazos 2015

La semana que pasó estuvimos muy abocados a la semana internacional de crianza en brazos. El lema de este año fue “Abraza tu Mundo”. Sin dudas sus muros y páginas relacionadas con el porteo se llenaron de hashtags con la sigla SICB y fotos de mamás y papás con sus bebés en algún portabebé.

Abrazar el mundo es para los dos, para el porteador y el porteado. Aferrarnos a ese ser que lo es todo. Abrazar el mundo, tenerlo al alcance de la mano, a un beso de distancia. Abrazar, llevar, aferrar. Portear es algo que quizás hacemos a diario, y siempre recordamos los beneficios, las posturas correctas, las incorrectas, y con cuánta facilidad olvidamos que portear es mucho más que eso. Portear es llevar a todo tu mundo en una tela, es entender que el ser que más amás está tejido a tu cuerpo.

Desde el origen de los tiempos hasta el presente, los niños han nacido de la misma forma y con las mismas necesidades. El contexto es el que los va moldeando, pero naturalmente los niños necesitan la seguridad de los brazos de mamá (o papá) desde el momento en el que nacen hasta poder desplazarse solos y conseguir su propio alimento. ¿Imaginan qué le sucedería a un niño nacido en el medio de la selva si su madre no lo llevara consigo? ¿Imaginan a un niño que debe ser transportado de un lugar a otro en la fría Islandia? Así es, el único lugar completamente seguro en el que puden estar es en los brazos. La naturaleza es inteligente, la naturaleza es perfecta. Lo natural es llevarlos a upa. La humanidad no podría haber seguido su rumbo sin esta práctica ancestral.

Los continentes no podrían haberse poblado de no haber tenido madres con sus mundos a la espalda. La vida cobra otro sentido, el bebé porteado sabe que es el mundo, sabe qué es el mundo.

A pesar de que la semana ya haya pasado, todo el mes de octubre servirá para celebrar y promover el porteo. Ese mar de fotos hermosas y tiernas es la oportunidad para que nos enamoremos más de esta hermosa manera de llevar a nuestros hijos a conocer el mundo. Y, aprovechando la proximidad del día de la madre, llenemos nuestras vidas de niños a upa, los llenemos de felicidad.



Los papás también portean

Digamos la verdad, resulta difícil resistirse a la belleza y emoción de ver un papá que portea a su bebé. Famosos, desconocidos, cercanos o “propios”, estas imágenes de papás envueltos en portabebés con sus pequeños cerquita nos inundan de ternura. Por suerte, cada vez son más los padres porteadores que se ven por la calle o en la plaza.

¿Se trata de una nueva generación de padres? No podemos saberlo a ciencia cierta, pero desde ya que es alentador y positivo verlos en contacto con sus hijos/as.

De lo que sí estamos seguras es que son padres involucrados en la crianza, interesados en formar un vínculo con sus hijos/as y que disfrutan de su cercanía y afecto incondicional. Seguramente también compartirán juegos dentro y fuera de casa, salidas en familia, charlas, cuentos, besos y abrazos.

Los bebés muy pequeños parecieran sólo necesitar de mamá, lo cual es básicamente cierto. Sin embargo, el rol del padre también es importante y debe ser construido de similar manera. Papá debería ser un pilar fundamental para la díada mamá-bebé, pero igualmente puede ser participante activo de la crianza y el porteo puede ser su mejor herramienta para conectarse con ese diminuto ser, mientras mamá pega un ojo un ratito o se da una ducha. Mamá lo va a agradecer enormemente, pero además, y esto es aún más gratificante, lo agradecerá y disfrutará el bebé. Es así que muchos papás que se encuentran algo desorientados en su rol durante la primera etapa del bebé en casa, encuentran en el porteo un aliado y una gran base para comenzar a formar el vínculo con su hijo/a.

Algunas ideas que pueden guiar a los papás que quieren portear:
  •  Es necesario un buen portabebé (puede que sea el mismo que usa mamá o pueden preferir otro) y animarse a intentarlo. Puede que al principio no salga tan fácil, pero con unas veces de práctica pronto saldrá mejor.
  • No es necesario entretener al bebé, la mayoría estarán felices simplemente al estar en brazos y poder curiosear la actividad de quien lo carga.
  • Es ideal para el momento en que papá llega del trabajo: portear al bebé le permitirá reconectarse y recuperar las horas que estuvieron separados, y a la vez poder atender un hermanito mayor o alguna otra actividad.
  • Se puede usar no sólo para salir a pasear o de compras, sino también para algunas actividades dentro del hogar (siempre observando normas de seguridad básicas).
  • El porteo promueve un vínculo de apego seguro, mediante la producción de oxitocina (“la hormona del amor”), tanto en el porteador como en el bebé… Y esto no es exclusivo de las madres.

Al papá que pueda estar leyendo esta nota, quisiéramos alentarlo a que se anime, que no se va a arrepentir cuando sienta el calor de su bebé en su pecho, su respiración cerquita del cuello, cuando pueda llenar de besos a su cachorro en cualquier momento, mientras lo lleva en brazos cómodamente… A todos/as, nos recordamos esta gran frase del pediatra William Sears:



“El tiempo que pasan en los brazos, al pecho, y en su cama es un tiempo muy corto dentro de la vida total de su hijo/a, sin embargo, los recuerdos de amor y disponibilidad duran toda la vida.”

Fular, sin miedos

En las consultas, muchas veces surge la duda de si el uso del fular es riesgoso, si es posible manejar de manera sencilla tanta cantidad de tela, si el bebé se va a caer al piso cuando lo estemos colocando en el fular, entre otras cosas. Esos temores alejan a los padres inexpertos y, a menudo mal asesorados, y terminan cayendo en el uso de la mochila/bandolera comercial (¡las odiamos!), en un coche o, en el mejor de los casos, a unos brazos cansados de tanto llevar al bebé a upa. En este artículo les pasaremos unos tips para que, después de leerlo y animarse, griten a los cuatro vientos: ¡FULAR, NO TE TENEMOS MIEDO!

Mejor lo llevo en el coche, así puede respirar mejor.

Cada vez que hablamos de las normas básicas para un porteo seguro, les decimos que no hay nada más seguro en el mundo que tener a tu bebé cerquita y que él/ella te tenga cerca.

Nunca está de más repetir estas normas, para no olvidarlas:
  • La posición vertical como ranita (o M) es la correcta para respetar la fisonomía del bebé.
  • La distancia entre el bebé y el porteador debe ser a un beso.
  • Las vías respiratorias siempre deben estar libres.
  • La carita del bebé siempre debe estar despejada.
  
Voy a envolver a mi bebé en gomaespuma por si se cae, ya vengo.

La única preparación previa que hay que tener al momento de colocar a un bebé en un fular es haber satisfecho sus necesidades con anterioridad, porque les aseguramos que, con los recaudos mínimos necesarios, los bebés no se caen. Cuando hablamos de recaudos, no nos referimos necesariamente a envolverlos en gomaespuma, sino a una serie de precauciones que se deben tener en cuenta hasta adquirir la confianza necesaria:
  • practicar primero con un muñeco o un peluche,
  • probar los nudos cerca de una superficie blanda (una cama, una colchoneta o colchón),
  • tener a alguien cerca para que te asista,
  • comenzar con un nudo que sea simple y mirar el video con las indicaciones cuantas veces sean necesarias.

Con tanta tela puedo disfrazarme de momia.

La cantidad de tela siempre es uno de los puntos principales cuando hablamos de un fular. Sí, es cierto, es mucha tela (unos 5 metros aproximadamente), pero es una tela muy maleable. Lo importante es saber que, a medida que se va haciendo el nudo, la tela que sobra se puede sostener entre las piernas, las puntas se pueden meter en los bolsillos, apoyar en una silla, etc. La tela nos molesta hasta que aprendemos a domarla, la clave es la práctica.

El preanudado me aburre, mejor me voy a jugar a la escondida.

Para aquellos valientes que ya se animaron al fular elástico, el preanudado puede resultar aburrido después de un tiempo y, con un bebé grandecito, ya es difícil conseguir la posición correcta. A ellos les decimos: ¡les tenemos buenas noticias! Existen tantos nudos como bebés bonitos y cachetones. Se puede comenzar con nudos sencillos, como una cruz envolvente (click aquí para ver un video https://www.youtube.com/watch?v=8gqMNu9x2mE), o un canguro adelante (https://www.youtube.com/watch?v=XJxSvwcFbZg) y, de a poco, ir aumentando la dificultad. El fular es el portabebé más versátil que existe; el bebé puede ir al frente, a la cadera o a la espalda (sólo con rígido), y, según la habilidad del porteador (que se adquiere con práctica, paciencia y tiempo), se puede hacer una gran variedad de nudos en cada una de estas posiciones. ¡Sólo hay que animarse!


Esperamos que logren sacar esos miedos que evitan ser partícipes y originadores de una de las experiencias más hermosas y gratificantes (y cómodas, hay que decirlo) que puede vivir una persona y, sobre todo, una personita.

martes, 3 de noviembre de 2015

Mei tais y mochilas ergonómicas: ¿Por qué esperar a que se sienten solos?

Una de las consultas más frecuentes en el pequeño mundo del porteo ergonómico es: ¿Cuándo podré cargar a mi bebé en mochila ergonómica o mei tai? Para responder esa pregunta, y a riesgo de sonar reiterativas, repasaremos algunos puntos clave en el desarrollo físico del bebé.

Hacia los 6 meses de edad, muchos bebés comienzan a presentar un mayor control del tronco, aunque puede que aún no se sienten por un tiempo más. El desarrollo de la musculatura dorsal y la aparición de las distintas curvas fisiológicas de la columna vertebral van permitiendo gradualmente el sostén del tronco.

Este proceso gradual tiene su completa finalización cuando el bebé ya puede sentarse por sus propios medios, y pasar de esa postura a otras, solo y sin dificultad. Idealmente, es en este momento en que podremos utilizar portabebés de panel, como mochila ergonómica o mei tai. Sin embargo, si el bebé ya se mantiene sentado sin ayuda de almohadas ni soportes de ningún tipo, podríamos comenzar su uso de a ratos, sin temor a provocarle daño. De todas formas, nuestra sugerencia es extender la paciencia y esperar un poquito más, para no quemar etapas y respetar por completo los tiempos del bebé. Hay casi un portabebé para cada etapa. Si ya hemos esperado hasta aquí, hacerlo unos días o semanas más no será tan grave…

Para más información con respecto a la postura ergonómica y la biomecánica del porteo, click aquí y aquí.
 
Evolución de la columna en bebés. Fuente: fisiocatessen.blogspot.com


Pero, ¿qué tan diferentes son estos portabebés de los fulares o bandoleras? Los llamamos portabebés de panel pues de eso básicamente se tratan. Tanto la mochila ergonómica como el mei tai son un panel rectangular de tela, con tiras para anudar o abrochar, mediante las cuales se sujetan al cuerpo del porteador. En ellos, el bebé va sentado (por lo cual, soporta el peso de su tronco en la columna y caderas), con las piernas en posición de ranita (o M) y con la espalda ligeramente redondeada (la curvatura que permiten no es tan pronunciada como otros portabebés). El panel funciona simplemente como un sostén y no provee ajuste (hay excepciones, pero no son éstas artesanales), están realizados en telas más rígidas que un fular, y sólo se puede ajustar los tirantes de la mochila o reforzar alguna posición mediante las tiras del mei tai. Recordemos que para aquellos bebés que aún no sostienen el tronco, el ajuste necesario es el de punto por punto que puede brindar una bandolera de anillas o un fular.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta que la mayoría de los paneles son lo suficientemente amplios para contener el cuerpo de un bebé de aproximadamente 8 meses, con lo cual, un bebé menor a 5 meses es probable que quede completamente hundido o perdido en un portabebé de este estilo. Por supuesto que todo dependerá de cada caso en particular y cada talla de bebé. Es por eso que no nos gusta generalizar en edades y preferimos decir que habrá que evaluar cada caso antes de recomendar o no el uso de mei tai o mochila ergonómica.

Bebé con desarrollo adecuado para utilizar un mei tai o mochila
ergonómica. Fuente: fisiocatessen.blogspot.com

Sabemos que existen aquellas mochilas ergonómicas que traen “reductores” para poder utilizar con recién nacidos. Nosotras no recomendamos el uso de estos reductores para nada, ya que no es lo más conveniente, por diversos motivos: 
  • La espalda no está correctamente sostenida de manera envolvente por el portabebé.
  • Los laterales de la mochila o mei tai son abiertos y no hay nada que proporcione ajuste punto por punto para la columna (una excepción a esto son los mei tai evolutivos, pero los mejores para esto deben estar confeccionados en tela especial de fular).
  • Los reductores permiten que los pies y piernas del bebé vayan por dentro del panel. Por un lado, es difícil controlar que la postura en que quedan sus piernas sea la adecuada y, por otro, es posible que el peso recaiga, en su mayor parte, en las piernas y pies del bebé, perjudicando así su desarrollo postural.
  • Muchos bebés, al sentir la tela del panel tocar sus pies, hacen un movimiento reflejo de ponerse de pie y finalmente cargarlos así resulta sumamente incómodo para ellos y para quien portea.
  • Cuando el reductor les queda pequeño, lo que suele suceder es que la mochila o mei tai aún son demasiado amplios para el bebé, y si se usan ya sin reductor, se le estaría forzando la apertura de piernas y adelantando el momento adecuado para soportar el peso con su tronco.

Por todos estos motivos, nuestra sugerencia a los padres/madres ante la duda de cuándo utilizar mochila ergonómica o mei tai es observar, esperar y respetar el ritmo de desarrollo de su bebé. Observaremos que comienza a jugar con sus pies cuando está acostado boca arriba, que ya puede rodar en el piso y cambiar de posiciones, que sostiene su cabeza perfectamente, que comienza a hacer fuerza para mantenerse sentado, y, finalmente, que ya logra sentarse por sí mismo. Esperar estas señales, y respetar su camino hacia ellas, es lo que nos dará la mayor seguridad a la hora de probar un nuevo portabebé.

¿Cómo distinguir un portabebé ergonómico de otro que no lo es?

Muchas familias, en especial aquellas primerizas, llegan a un local de venta de ropa y accesorios de todo tipo para bebés, buscando adquirir un portabebé. Seguramente, pensando en que mamá pueda moverse sola sin tanto lío de cochecito y bolsos, o para alternar su uso con el cochecito. O tal vez, estando embarazadas, muchas mamás reciben algún portabebé nuevo o usado a modo de regalo o en préstamo. Un gran porcentaje de estos portabebés son de marcas muy conocidas que se dedican a fabricar y vender productos relacionados con los cuidados y alimentación de los bebés. Confiamos en la responsabilidad y buena fe de los puntos de venta, confiamos en la trayectoria y renombre de una marca, pero muchas veces no deberíamos hacerlo.

La realidad es que la gran mayoría de los portabebés comercializados en este tipo de lugares, no permiten respetar el desarrollo fisiológico natural de nuestros bebés. Los portabebés más adecuados son los que sí lo permiten, los llamados ergonómicos. La lamentable falta de información y el afán de negocio hacen que los portabebés no ergonómicos sean enormemente más comunes y fáciles de adquirir que aquellos ergonómicos. Incluso las palabras utilizadas en las descripciones de venta son confusas (hasta se usa la palabra “ergonómico” cuando no lo es) y obstaculizan la decisión informada.

¿Qué debemos saber para comprar un portabebé ergonómico?

Aquí les resumimos las características esenciales a tener en cuenta cuando vamos a obtener un portabebé. Lo principal es que efectivamente respete y acompañe el desarrollo fisiológico natural del bebé, sin impedir ni forzar posturas, sino facilitando el correcto crecimiento. No basta con que “aguante” hasta 20 kilos si no los va a cargar cuidando el cuerpo del bebé y su porteador.

El portabebé ergonómico:
  • Debe permitir la posición de ranita o de M, proveyendo un buen soporte para lograrlo. Las piernas no deben colgar rectas hacia abajo ni el apoyo estar solamente en su zona genital. Los puentes de las mochilas comunes son muy angostos (10-15cm), por lo que no proveen apoyo para las piernas.
  • Relacionado con el punto anterior, tampoco debe forzar la apertura natural de las piernas (cuanto más pequeño el bebé, menor apertura) y la tela del asiento debe ir de corva a corva (detrás de las rodillas).


  • Debe respetar la curvatura natural de la columna del bebé, según en qué etapa de su desarrollo se encuentre. La columna de los bebés menores de un año no debería estar recta en el portabebé, ni reposar en un respaldo rígido.
  • Debe proveer soporte para la cabeza, para los bebés que aún no la sostienen por ellos mismos.
  • Debe funcionar de manera envolvente para bebé y porteador, de modo que ambos queden bien pegados y sin espacio entre ellos. Esto además de proporcionar más seguridad al bebé, también alivia el peso para el porteador sin quitarle balance.
  • Por el mismo motivo, debe permitir llevar al bebé a la altura de un beso, inclinando la cabeza sin tener que bajar demasiado.


Lo importante, como con todo, es la información. Esperamos que les haya sido de utilidad para tener un porteo cómodo, seguro, ergonómico y feliz.

¿Por qué no portear al bebé mirando hacia adelante?

Muchos portabebés no ergonómicos proponen la posibilidad de cargar al bebé al frente y mirando hacia adelante. Sin embargo, no son los únicos, ya que hemos visto imágenes de este tipo de porteo en algunos sitios de venta de portabebés ergonómicos. Esto lleva a una confusión sobre lo que verdaderamente es un porteo ergonómico, seguro y respetuoso del cuerpo del bebé y de quien lo carga.

Quisiéramos dejarles, a continuación, un extracto de un artículo publicado en la página de Boba (http://www.boba.com/blog/nine-reasons-not-to-carry-your-baby-facing-out) que nos parece muy importante para compartir.


Cargar a tu bebé mirando hacia delante…

1) no provee apoyo a las piernas del bebé.

Las piernas del bebé deberían ir al menos al nivel de la cadera, o más arriba. Esto sólo es posible si la tela de un portabebé cubre todo a la región posterior del muslo hasta la parte trasera de la rodilla, o si el portabebé tiene estribos. Cuando el bebé va mirando hacia fuera con sus piernas sin apoyo, no sólo sus piernas van colgando sino que su columna y sus caderas también carecen de soporte y simplemente no hay lugar donde el bebé pueda “sentarse”.

Según una investigación médica realizada por el Instituto Internacional de Displasia de Cadera, los portabebés que soportan  la región superior de las piernas favorecen el correcto desarrollo de la cadera. Aquellos que promueven el porteo mirando hacia el frente no proveen soporte para las caderas. Los bebés ya diagnosticados con displasia de caderas deberían evitar los portabebés que van hacia el frente.

2) hace que sea difícil para el porteador llevar al bebé.

Es mucho más difícil cargar algo que se curva en dirección contraria a tu cuerpo que algo que lo abraza. Al portear al bebé mirando hacia delante, el porteador tiene una carga incómoda y generalmente termina arqueando su espalda para compensar. Los cuerpos de los bebés se adaptan naturalmente a ser porteados hacia el cuerpo de quien los lleva.

 3) coloca al bebé en una posición arqueada que ejerce presión en su columna vertebral.

Extender la espalda (arqueándola como después de una siesta), no es algo dañino ni malo en sí mismo. El problema se presenta cuando se comprime una lordosis bajo cierto peso. Colocar un bebé en un portabebé que lo lleve de frente y mirando hacia delante extiende la curvatura convexa natural de su columna en una posición de lordosis. Sin tener nada a lo que aferrarse, con músculos abdominales débiles, y hombros retraídos, la pelvis del bebé se posiciona hacia atrás y es obligada no sólo a soportar el peso de su propio cuerpo, sino también a absorber la fuerza de cada paso del porteador. Todo esto sobre su pequeña y comprometida columna.
 
Fuente: http://www.boba.com/blog/nine-
reasons-not-to-carry-your-baby-facing-out
 
4) coloca presión excesiva en la ingle y puede irritar el interior de los muslos del bebé.

La irritación por roce no es divertida. Estar suspendido por sus partes más sensibles no es lo ideal para los bebés, en especial para los varones pequeños.

5) puede sobreestimular al bebé.

Los bebés pueden mirar a su padre/madre y aún así experimentar el mundo a su alrededor a su propio ritmo. Para un niño/a pequeño/a es muy fácil sentirse abrumado.

6) no le brinda soporte en la cabeza o el cuello del bebé.

Puede producirse asfixia en esta posición cuando el bebé aún no es capaz de sostener bien su cabeza ya que ésta tiende a irse hacia adelante y obstruir, de esta manera, las vías respiratorias cuando el mentón se apoya en el pecho. Por este motivo, los bebés pequeños nunca deberían ir en esta posición. La Comisión estadounidense de Seguridad de Productos , recientemente aprobó una ley que establece que en las etiquetas de los portabebés es obligatoria una leyenda que indique que los bebés no deben colocarse mirando hacia el frente hasta que tengan control en el cuello y cabeza. Esta ley no se extiende al caso en que los bebés se duerman, momento en el que tampoco controlan el cuello o cabeza.

Fuente: http://www.boba.com/blog/nine-
reasons-not-to-carry-your-baby-facing-out

7) hace que la regulación de la temperatura sea más difícil.

La posición que un bebé adquiere cuando está apoyado en el pecho de su porteador es más eficiente para conservar el calor que cuando están mirando hacia al frente, con el pecho descubierto. Busca más información sobre los beneficios de las madres canguro y la termorregulación. Las células lipídicas del bebé están presentes en mayor cantidad en la espalda que en el frente.

8) hace más complicada la respuesta inmediata a las necesidades del bebé.

Sin el contacto visual, resulta difícil comunicarse con el bebé, controlar que respire correctamente, notar si regurgita, y estar al tanto de sus necesidades. Algunos estudios indican que incluso los cochecitos que llevan al bebé mirando hacia adelante interfieren con la habilidad de interactuar con el bebé y responder a sus necesidades.

9) desplaza el centro de gravedad del bebé.

A menudo, el porteador de manera intuitiva ofrecerá el dedo índice al bebé para que éste se agarre y se sienta más estable, o tratará de sostener las piernas del bebé llevándolas hacia arriba. Sin un asiento correcto y nada donde sostenerse, resulta muy difícil para el bebé no arquear la espalda por el peso de su propio cuerpo.

10) no es bueno tampoco para la espalda del porteador

Llevar a un pequeño, con la columna vertebral encorvada, de seguro conllevará dolor de la parte baja de la espalda.


Llevar a un bebé mirando hacia el frente no es la mejor opción, no es lo ideal. Abrazar a tu bebé, o permitir que él/ella lo haga, es a lo que está adaptado y es lo que hará naturalmente.


Para poder portear con seguridad a aquellos bebés que quieren mirar todo y satisfacer la curiosidad propia de su edad, recomendamos portear con fular, bandolera o mei tai a la cadera o a la espalda, ya que son posiciones que sí respetan el desarrollo físico y psicológico del bebé.

Biomecánica del porteo: Parte 1 - Posición del bebé (*)

Escrito por el Dr. Andrew Dodge, DC

De qué manera llevar a tu bebé puede ser desconcertante algunas veces, y hasta puede ser un tema de controversia. Existen tantos portabebés en el mercado como posiciones diferentes para portear un bebé. Este artículo se basa en la biomecánica y en el desarrollo de la columna y cadera de tu bebé y en cuáles serán los portabebés y las posiciones que se adapten mejor a este proceso. También voy a hablar de los efectos psicológicos y neurológicos que ciertas posiciones tienen sobre el desarrollo del bebé.

Mientras está dentro de la panza, el bebé se encuentra completamente flexionado en posición fetal; sus rodillas y cadera están flexionadas y su columna, forma una C perfecta. Después de varios meses desde el nacimiento, las articulaciones del bebé se relajan y los músculos posturales extensores comienzan a adquirir fuerza. A medida que el bebé crece y adquiere más fuerza para sostener la cabeza, se desarrolla la curva cervical en la columna (en el cuello). También, a medida que comienzan a gatear, los bebés desarrollan la curva lumbar (en la espalda baja). Estas curvas le dan la estructura óptima para el movimiento, para realizar actividades que requieran soportar peso, y para el desarrollo neurológico apropiado.

Cuando pensamos en qué posición portear a nuestro bebé, es importante tener en cuenta este desarrollo. Colocar al bebé en posiciones que dificulten su estabilidad demasiado temprano o que arqueen demasiado la columna, o no la arqueen en lo absoluto resulta determinante para su desarrollo. Presión excesiva o anormal en algunas áreas de la columna vertebral puede provocar cambios tanto estructurales como neurológicos.

Según diversos estudios, el exceso en la curvatura lumbar o la hiperextensión pueden modificar la biomecánica de los huesos y articulaciones en la espalda baja, generando inestabilidad (por ejemplo, espondilolistesis). En los niños, la inestabilidad en la  zona lumbar puede afectar el control nervioso y muscular en el intestino, vejiga y los músculos del suelo pélvico. Todo esto podría tener efectos en la habilidad del niño para reconocer y controlar esfínteres. Además, si hay un aumento en la curvatura en alguna sección de la médula, habrá un cambio en la curvatura o estructura ósea en otra parte para compensar y lograr el balance. Esto podría contribuir al desarrollo de la escoliosis.

Si hay modificaciones en las curvaturas de la columna, habrá alteraciones de movimiento, presión y tensión en las uniones vertebrales, en los músculos y en los ligamentos. Estos cambios afectan la transmisión neurológica desde estas áreas hacia el cerebro, lo que altera, a su vez, el crecimiento, desarrollo y tamaño del cerebro, y perjudican, de manera predominante, las vías secundarias de programación motora. Esto significa que las áreas cerebrales que controlan el aprendizaje y la ejecución de movimientos serán anormales y, por lo tanto, los movimientos en sí mostrarán estas anormalidades.

Además del desarrollo estructural y neurológico de la columna, también se debe tener en cuenta el desarrollo de la cadera del bebé. Al nacer, las uniones de la cadera aún no están completamente desarrolladas. Son articulaciones planas con escasa estabilidad. A medida que el bebé crece, la articulación se vuelve más cóncava y más estable. Con la posición correcta de cadera y pierna, la cabeza del fémur hará presión en el ángulo correcto de la articulación de la cadera para hacerla más profunda y así formar  el acetábulo. Este es el procedimiento por el cual la articulación de la cadera pasa de ser plana a una articulación profunda y muy estable que permite al bebé ponerse de pie, caminar y correr. Si esta articulación no se forma de manera correcta y permanece plana, la cabeza del fémur tiene más posibilidades de deslizarse por fuera de la articulación; a esta condición se la conoce como displasia de cadera. Durante este tiempo de desarrollo, hay posiciones que son mejores que otras ya que favorecen el crecimiento correcto de la cadera. También hay posiciones que aumentan el riesgo de displasia.

 


Teniendo todo esto en cuenta, hablemos de posiciones de porteo. Lo más importante es tomar las precauciones necesarias para que sea seguro, como por ejemplo,vigilar siempre que la salida de aire no esté bloqueada  y controlar a los niños siempre de cerca, sin importar la posición en las que los porteemos. También, con bebés recién nacidos, que aún son completamente flexibles, lo ideal es mantenerlos en portabebés que sean maleables y seguros. Por lo general, esto se logra con una bandolera de anillas o con un fular en posición pancita con pancita. (Aquellos fulares que son elásticos pueden no brindar un buen soporte en la cabeza y en el cuello, algo que el bebé logra por sí mismo entre los tres y cuatro meses de edad). 

Para darle un buen soporte a la cadera se pueden emplear dos posiciones diferentes. La primera es la posición de ranita con el peso sobre su colita. Esta posición mantiene las rodillas y la cadera flexionadas sin separarlas demasiado. El punto a tener en cuenta con respecto a esta posición es que el peso no recaiga en los pies. La segunda posición para portear al bebé es mantener la apertura de piernas del bebé a la misma altura que la pelvis con los tobillos en línea con las rodillas y pies por fuera. Esta opción ha sido una recomendación confusa del instituto de porteo “Babywearing Institute”, ya que muchas veces se malinterpreta. Sin embargo, esta recomendación sobre las piernas y pies extendidas por fuera es diferente a la posición en la que se llevará a un niño mayor (explicación más abajo). En vez de extender las piernas del bebé y envolverlas alrededor del cuerpo del porteador, las piernas del bebé están completamente flexionadas y abiertas al mismo ancho que la pelvis. Con el fular meciendo al bebé desde detrás de sus rodillas, por encima de la colita y espalda, los pies permanecen por fuera. Se pueden ver más ilustraciones de este tipo de posición en la página web del instituto “Babywearing Institute” y en jeportemonbebe.com.

 A medida que el bebé crece, desarrolla más estabilidad y puede, entonces, expandir mejor las articulaciones de su cadera de manera natural. Esto les permite aferrarse al porteador rodeándolo con sus piernas. En esta etapa, la posición óptima para el desarrollo de la columna y la cadera es cuando el bebé se sienta en el portabebés con las rodillas flexionadas en cuclillas. Esta posición se logra fácilmente al frente (pancita con pancita), y a la espalda. Con tantas posibilidades de nudos, posiciones y portabebés, la decisión final se trata de una preferencia personal.

Existen algunas posiciones que se tornaron más controversiales entre los porteadores. La primera de estas posiciones es al frente con un asiento demasiado angosto para el bebé. Estos portabebés no se recomiendan por varias razones. La primera es que estos portabebés hacen que la articulación de la cadera quede hacia abajo, lo que provoca que las rodillas estén en una línea por debajo de la cadera. Esta posición evita que la articulación de la cadera quede en el ángulo apropiado para el desarrollo óptimo de la articulación. Este tipo de portabebés podría predisponer al niño a desarrollar displasia de cadera, lo que no significa que todos los niños porteados en ellos desarrollarán esta condición, pero sí podrían contribuir en el proceso.  Además, en estos portabebés no ergonómicos, todo el peso del bebé se descarga en los huesos del pubis.

Es como si te sentaras en una bicicleta con tus piernas colgando por los costados en una bajada llena de pozos. Quizás no sea igual de incómodo para el bebé ya que el pañal amortigua un poco y tienen menos sensibilidad que un adulto en esa región de su cuerpo, aunque, después de un tiempo, de seguro se volverá muy incómodo y alterará la estabilidad, alineación, formación y desarrollo de los huesos púbicos y de la cadera. Por último, con todo el peso del bebé que recae sobre su hueso púbico y sus piernas colgando a los lados, la parte baja de la columna vertebral estará forzada a mantener una hiperextensión. Como ya lo hemos explicado, esto no es para nada bueno.

La segunda posición controversial es con el bebé de cara al mundo, mirando hacia el frente. No se recomienda esta posición por varias razones también. Una de ellas es que tiene implicaciones biomecánicas. Es extremadamente difícil e incómodo para el porteador lograr la flexión de las piernas en cuclillas cuando el bebé se encuentra mirando hacia el frente, lo que genera que la mayoría de los bebés porteados en esta posición vayan con las piernas colgando a los costados, o hacia adelante, y esto provoca una hiperextensión en la parte baja de la columna. Si el porteador logra la flexión correcta de las piernas, con las rodillas por encima de la línea de la colita, podría resultar en una buena posición de la espalda baja. Sin embargo, como la espalda del bebé está apoyada sobre el torso de quien lo lleva, la curva en forma de C en la parte media de su espalda quedará aplanada, lo que ocasionará una presión extra en sus costillas, y modificará la estabilidad y la curvatura en el cuello del bebé. En realidad, esta podría llegar a ser la mejor posición si es que decides portear a tu bebé mirando hacia el frente, aunque en realidad, no existe una buena posición cuando se lleva al bebé de cara al mundo. (Un nudo alto a la espalda, o a la cadera puede lograr una excelente posición para que tu bebé vaya observando todo, si es que es lo que buscan-¡al igual que mi pequeño!). A pesar de que este sea el argumento más fuerte para no llevar al bebé de frente, existen otros puntos a tener en cuenta. A nivel neuronal, es demasiada estimulación del entorno para el bebé, estimulación de la que no puede “escapar” o esconderse si es que está de frente. Esto podría afectar de manera negativa en el desarrollo emocional y neuronal del niño. Cuando se portea al bebé en la espalda o en la cadera, es más sencillo notar las señales que intenta enviar, y también se puede notar que el bebé vuelve su cabecita hacia su porteador cuando la estimulación es demasiada. Además de los beneficios biomecánicos y neurológicos de llevar al bebé pancita con pancita, existe también una enorme cantidad de razones psicológicas para hacerlo, en especial con los recién nacidos. En esta posición, el bebé precisa menos oxígeno y puede conservar mejor su energía, puede digerir mejor, y puede regular mucho mejor la temperatura de su cuerpo.

En resumen, existe una gran cantidad de opciones para decidir cómo y por qué portear a tu bebé. Cada uno debe hacer lo que considera mejor para su bebé y para sí mismo. Siempre les digo a mis pacientes: “las decisiones que uno toma son de uno. Sólo quiero que estén informados y sepan el porqué de las decisiones que toman. Sin importar qué decisión tomes, lo importante es estar informado”.

Elige bien el portabebés, portea bien a tu bebé.

¡Feliz porteo!



* Texto traducido por KUYU y reproducido en esta página con la autorización de sus autores. Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización expresa de los autores.