viernes, 30 de octubre de 2015

Experiencias personales con portabebés (*): fular elástico y mei tai

El primer acercamiento al porteo

Cuando nació mi hija, desconocía el mundo del porteo, no sabía de posturas ergonómicas y para trasladarnos en auto utilizábamos el huevito del coche, o la llevábamos en brazos al caminar, sin ninguna ayuda extra. Naturalmente, mi bebé comenzó a aumentar de peso y a tener autonomía de su torso y cabeza, con lo cual se fue haciendo más difícil llevarla sólo con los brazos.

Desde su nacimiento, teníamos un fular elástico que nos habían regalado, pero hasta que tuvo unos cuantos meses no nos animamos a utilizarlo (¡con lo fácil que lo veo ahora!), así que buscamos un poco y compramos la mochila más económica y ergonómica que encontramos en el mercado (aún sin saber exactamente qué significaba la palabra “ergonómica” para los portabebés). Era una mochila Cybex, que traía la parte del “asiento” expandible para permitir mejor postura de las piernitas, y a la vez sostenía la cabeza en caso de necesidad. Una vez que aprendimos a utilizar ese manojo de correas, broches y cierres, lo usamos poco tiempo. No porque fuera lo peor del mundo, de hecho, era bastante mejor que muchas otras comerciales, sino porque nos daba mucho calor, tardaba muchísimo en colocarme mochila y bebé, había que corregir las medidas de las correas cada vez que nos turnábamos mamá o papá para usarla, y además porque cuando pasó los 9 kilos de peso, a mí que soy delgada se me incrustaban los broches de la mochila en todo el cuerpo…

Ahí fue que me animé a usar más el fular que la mochila. Al momento de escribir este artículo, mi niña tenía 14 meses, pesaba casi 11kg y sin embargo no tenía ningún dolor ni problema al llevarla con el fular, caminaba muchas cuadras sin cansarme y alternaba entre nudo cruz envolvente al frente (para los días más fríos) y nudo a la cadera (cuando hacía más calor).

Cochecito: ¿Sí, no, a veces?

No voy a poner aquí ningún enlace en contra del uso del cochecito o silla de paseo, no soy una fanática de nada, no odio los cochecitos ni crucifico a quienes lo usan. No me gusta juzgar a las personas por este tipo de elecciones, ya que a mí tampoco me gusta que lo hagan conmigo. Lo que sí haré es ser honesta. No me arrepiento de haber comprado un cochecito para llevar a mi hija. De lo que sí tal vez me arrepiento es de no haber buscado uno más liviano y básico. Vivo en un tercer piso sin ascensor, sacar a mi hija en cochecito supuso en los primeros meses, bajar y subir las escaleras de a dos, uno llevando el coche y el otro cargando el huevito con la bebé. Salir de paseo con el cochecito requería planificación, más aún considerando que a los 10 minutos de paseo había un 70% (bueno, está bien, 90%) de probabilidad de que se largara a llorar y hubiera que levantarla en brazos. En aquel momento, como era una pequeñita minúscula, llevarla un gran trecho en brazos no representaba mayor obstáculo… y el que terminaba yendo en el cochecito era el bolso pañalero, que no emitía queja.

Cuando fue lo suficientemente grande como para entrar en la asiento de paseo sin el huevito, el problema más o menos seguía siendo el mismo: mi bebé pesaba bastante más y también había que bajar y subir de a dos si queríamos salir con el cochecito. Llevarla en brazos ahora ya no era tan cómodo como antes. Afortunadamente, para ese entonces aprendí a utilizar el fular y compramos la mochila semi-ergonómica, y me liberé del armatoste para cuando estaba sola. Fue un antes y un después. Sobre todo con el uso del fular elástico, ya que cuando me ponía la mochila tardaba tanto que mi niña se ponía toda molesta por tanta demora y luego el manoseo de ponerla, ajustar las correas y demás… Muchas veces terminábamos las dos saliendo un poco de mal humor. El fular, en cambio, era casi parte de nosotras, nos fundía en una especie de abrazo de tela. Yo podía abrazarla más cómodamente, sin sentir cosas rígidas ni plásticas contra su cuerpo o el mío; y ella estaba claramente más cómoda también, ya que a los 20 minutos de salir, se dormía profundamente.

Otro comentario con respecto a algunos cochecitos – o al menos respecto al mío – es que cuando ya van en la silla común sin huevito, el niño/a va mirando hacia delante. Personalmente no he visto desventajas en esta posición, pero hay que tener en cuenta que no lo usábamos mucho, con lo cual para ella el cambio de perspectiva era toda una novedad y la mayoría de las veces iba contentísima y disfrutando estar cerca de los pájaros y los perros, que tanto ama. El cochecito, entonces, quedó para las salidas al parque, para llevar en paseos largos en que pudiera dormir una siestita allí, o sentarse un rato y comer algo mientras comíamos también los adultos. Usualmente también llevábamos un pañuelo o el fular por si en el camino se molestaba, tenía sueño o lloraba por algo. Me gustaba tener la opción del cochecito, para esos casos nos resultaba cómodo. Pero a mí personalmente no me gustaba mucho. No me gustaba nada tener que agacharme cuando le quería decir algo o cuando ella me señalaba alguna cosa, o tener que parar, agacharme y atenderla si necesitaba algo, o no poder ver siquiera hacia dónde estaba mirando.

Quisiera agregar que también amo llevarla en brazos y en el fular, por todo lo que me gusta tener su carita cerca de la mía, poder darnos un beso cuando tenemos ganas, hablarle y mostrarle todo lo que vemos en la calle, reírnos juntas, no perderme ninguna de sus expresiones, conectarnos y conocernos cada vez más… No querrá ir en brazos toda la vida, y los primeros años pasan tan rápido que apenas nos damos cuenta y ya están en preescolar. Veo el porteo como una maravillosa oportunidad de aprovechar el tiempo en que mi hija cabe en mis brazos. Anímense a llevar a sus hijos más cerca y ¡déjense llevar!



(*) Texto extraído de la página Felices Criando. Podés visitar el enlace para ver las fuentes de esta información: http://pauroy.wix.com/felicescriando

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Nuestro nuevo mei tai

Al momento de escribir este texto, mi hija tenía 18 meses y casi 11,500kg, y estábamos buscando un nuevo portabebés. El fular elástico ya no nos resultaba cómodo. Un fular como el nuestro, 100% algodón, es un pedazo largo de tela que va envolviendo al bebé junto al cuerpo de su porteador, con lo cual, en aquel veranito intenso que nos tocó vivir (con una ola de calor atrás de la otra) se nos hacía extremadamente caluroso y el ponerlo también me daba mucho calor. Por otro lado, yo quería comenzar a llevarla cargada a la espalda para que viera un poco mejor todo a su alrededor y además porque ya era bien larga y grande, por lo cual llevarla de frente me incomodaba un poco. El caso era que con el fular elástico no es recomendable el uso a la espalda, ya que la tela cede mucho más de lo que parece y si el niño/a se mueve mucho (algo normal alrededor de los 18 meses), corre riesgo de caerse o al menos de hacerse daño la espalda. En este enlace podrán encontrar más datos sobre el peligro de utilizar un fular elástico para cargar bebés a la espalda: http://cargarte.blogspot.com.ar/2012/02/por-que-no-usar-un-fular-elastico-para.html. Además, si quieren ver una demostración concreta sobre esto, les recomiendo ver este video: http://www.youtube.com/watch?v=J19oOkQ61hI

Teniendo en mente estos importantes detalles (el calor, el tamaño de mi hija y la posibilidad de llevarla a la espalda), me puse en búsqueda de otro estilo de portabebé. Me fui fijando en blogs, páginas web, grupos de “babywearing” en Facebook, y llegué a la conclusión de que nuestra mejor opción era un Mei Tai, fácil de usar, de peso repartido, más fresco que el fular, apto para la espalda y resistente hasta varios kilos más. Consulté en Cerquita Mío, cuyos portabebés me parecían los más lindos y de mejor calidad, y luego de confirmar que era lo que buscaba, lo fui a comprar. Ese mismo día lo probamos, usándolo al frente, y me resultó muy cómodo. Me cansé bastante, pero ¿a quién se le ocurre probar algo nuevo en una caminata de casi 1 hora? Sólo a mí… Los días siguientes probé llevarla tramos más cortos, e intenté por primera vez llevarla a la espalda. Luego de unos días, logré ponerme el Mei Tai sola y que me quedara bien ajustado (aunque todavía me falta práctica para ponerla a la espalda por mis propios medios), y además hemos viajado tranquilamente en colectivo, subte y tren sin mayores obstáculos. Sólo he tenido que aflojarlo un poco algunas veces para amamantarla durante el viaje.

¿Qué es un Mei Tai?

El Mei Tai es un portabebés que tiene origen en el continente asiático, más específicamente en China, hace cientos de años. Es básicamente un rectángulo de tela resistente con 4 tiras largas, también de tela, que salen de sus esquinas, las cuales se ajustan al torso del porteador mediante simples nudos. Después del fular, es uno de los portabebés más versátiles que existen. Estas son sus características principales:

  • Es muy parecido a una mochila, pero sin broches, anillas, ni ajustes de correas.
  •  Suelen venir en un talle único o dos, según sea para bebé o niño mayor, con tiras largas y adaptables a cualquier porteador. Algunas versiones poseen tiras amplias y elastizadas, más parecidas al fular.
  • Sencillo de utilizar y con variantes en la manera de anudar, que permiten encontrar la manera más adecuada y confortable de uso para cada porteador.
  • Puede llevarse el bebé al frente, a la espalda y a la cadera, de manera práctica, confortable y segura para ambos.
  • Bien colocado, reparte el peso equitativamente entre la cadera y los hombros, para confort del porteador.
  • Suele ser recomendado para bebés a partir de que tienen una gran estabilidad y buen control del tronco, ya que no proporcionan ajuste punto por punto como otros portabebés más adecuados para recién nacidos o bebés pequeños.
  • Según el talle, son aptos para llevar hasta 18kg (aproximadamente hasta 3 años de edad), con lo cual se vuelve un aliado para utilizar en lugares que son poco accesibles o difíciles para un niño pequeño (por ejemplo: lugares multitudinarios, con muchas escaleras, caminatas largas por la playa, trekking en la montaña, etc).

Hay muchísimos diseños de Mei Tai en el mercado, para todos los gustos, reversibles, con tiras anchas, con tiras más angostas y acolchadas. Al igual que otros portabebés, permite tener las manos libres y realizar otras actividades mientras se carga al bebé, entre otros numerosos y variados beneficios que tiene la crianza en brazos.


Disfrutando la práctica

Un ratito de uso cada día, nos permite practicar en los nudos, la forma más cómoda para nuestro cuerpo, la amplitud del asiento más adecuada para nuestro bebé, etc. Al mismo tiempo, va acostumbrando al bebé al uso y a los intentos de mamá/papá.

Aquí les dejo nuestras diferentes fotos de práctica de lo que fuimos usando el Mei Tai. ¡Lo hemos pasado muy bien! Su papá, sus tías y yo también... :)



(*) Texto extraído de la página Felices Criando. Podés visitar el enlace para ver las fuentes de esta información: http://pauroy.wix.com/felicescriando

7 tips para domar un fular

Algunos fulares rígidos, sean comprados o hechos caseros, llegan a nuestras manos muy tiesos, ásperos o duros, lo cual los hace muy difíciles de usar al principio. Esto se debe al tipo de fibras con las que están tejidos, en especial puede sucedernos con algunos algodones con mezcla o lino. En particular los que contienen un mayor porcentaje de lino traen sus fibras muy unidas y rígidas. Esto hace que, a la hora de hacer los primeros nudos, la tela no deslice bien y nos dificulta el ajuste punto por punto. Las fibras deben abrirse y romperse para lograr flexibilidad y maleabilidad. ¡A no desanimarse! Podemos ablandarlos y dejarlos bien manejables, con algunos simples procedimientos.

Aquí te los contamos:

1) Darle varios lavados en el lavarropas, dejarlo en remojo todo un día (ojo con las telas teñidas). Colgarlo de alguna puerta para secar. Si lo secamos al aire libre, preferentemente a la sombra.

2) Planchar con vapor, si la tela está aún un poco húmeda, mejor.

3) Usarlo de hamaca, en una mesa, por ejemplo. Ponerle peso como si fuera una bolsa, atarlo a un punto fijo y tirar de él. (Por favor, mucho cuidado al realizar estas actividades)

4) Dormirle encima, sentarse encima, usarlo como funda de sillón, doblarlo y desdoblarlo varias veces al día.

5) Trenzarlo o enroscarlo como cuando estrujamos un trapo (no dejarlo guardado de este modo durante mucho tiempo)

6) Envolverse en el fular. Ideal para andar por la casa en los días más fríos del año.

7) Usarlo y usarlo, mucho. Practicar nudos, con niños/as grandes, bebés o muñeco de juguete (si es posible que sea pesadito, mejor), ajustarlo bien.


 (Fotos de Pinterest y propias)




La importancia de la postura ergonómica (*)

Uso de portabebés: posición NO recomendada vs. posición recomendada
en "M" o "ranita". Fuente: http://www.sheffieldslingsurgery.co.uk/
La postura ergonómica es la que permite la posición fisiológicamente óptima para el cuerpo del bebé. La posición “de ranita” o de “M” es aquella que garantiza que la columna y la cadera del bebé se desarrollen de manera correcta. Al nacer, los huesos de los bebés están formados por cartílago y van osificándose con el correr de los meses.
  
Respetando esto, por un lado se logra que la cabeza del fémur quede correctamente posicionada dentro del acetábulo de la cadera, evitando así también problemas como la displasia.

 Por otro lado, en esta posición, las rodillas del bebé deben estar ligeramente más elevadas que la colita, tal cual es la postura que natural y libremente adoptan los recién nacidos al ser colocados sobre el pecho de un adulto o incluso boca arriba.

De este modo, también la columna adopta su curvatura natural al nacer: en forma de “C”, la cual irá variando con el correr de los meses (ver imagen más abajo, sobre el desarrollo de la columna vertebral). Esto además le proporciona una especie de soporte a su cuello, ya que la cabeza no se irá tanto hacia atrás al estar la espaldita redondeada.

Desarrollo de la columna vertebral: cifosis total (recién nacido) - lordosis cervical (alrededor de
3-4 meses) - cifosis torácica (alrededor de 8-9 meses) - lordosis lumbar (alrededor de 1 año)
A la izquierda: posición NO recomendada, en portabebé no ergonómico.
A la derecha: la posición más adecuada y respetuosa para la columna y las caderas del bebé.

No quisiéramos dejar de destacar que lo más recomendado es que el bebé vaya mirando siempre al cuerpo de quien lo lleva, sea que lo carguen al frente o a la espalda. Llevar al bebé al frente y mirando hacia adelante está contraindicado, pues, por un lado, fuerza a la columna a curvarse de modo contrario al natural en menores de un año y medio, y por otro, lo sobre-expone a los estímulos sin darle oportunidad de girarse y buscar refugio en su cuidador. Por último, es muy incómodo para el porteador también, ya que modifica la postura natural del cuerpo al llevar peso.

En cuanto a los portabebés comerciales, comúnmente llamadas "mochilas", existen aquellas que sí permiten la adecuada posición y se trata de las mochilas ergonómicas. Hay otras que son semi-ergonómicas (sólo servirían para bebés más pequeños y durante muy poco tiempo, por lo cual no rinden el precio que valen) y otras, a las que usualmente nos referimos como “colgonas” (la gran mayoría de las que se comercializan, las más económicas), que es preferible no utilizar, ya que no favorecen el correcto desarrollo del cuerpo del bebé.

Para saber si la mochila que te interesa es ergonómica o no, chequeá siempre que permita una óptima postura. Tené en cuenta que las mochilas ergonómicas se recomiendan a partir de que el bebé ya tiene un buen control del torso, ya que la columna no suele ir tan redondeada en este tipo de portabebés.

¡No dudes en consultarnos!



(*) Texto extraído de la página Felices Criando. Podés visitar el enlace para ver las fuentes de esta información: http://pauroy.wix.com/felicescriando

jueves, 29 de octubre de 2015

El porteo ergonómico y sus beneficios (*)

Llevar a los bebés en brazos, algo tan antiguo y tan natural como la propia existencia de la raza humana, es hoy algo que debe celebrarse y es justo que también tenga su semana, para ayudar a fomentar esta actividad e informar a los padres /madres que quieren intentarlo.

 ¿A qué se le dice “porteo”?

Es llevar a nuestros niños en brazos, con o sin ayuda de un portabebés, que puede ser un fular, pañuelo, bandolera, mei tai o mochila ergonómica. Ahí, al alcance de un beso o a la espalda, acompañando la actividad de mamá o papá.
Hoy en día, existen muchas opciones para quienes deciden llevar a sus bebés más cerquita, o no pueden ni quieren gastar una fortuna en un cochecito. Van desde lo más económico a un poco más caro, pero también existe la posibilidad de hacer tu propio portabebés (con un básico conocimiento de costura y si te das maña, claro) o utilizar algún pañuelo o manta que ya tengas.

Beneficios del porteo

Entre los muchos (muchísimos) beneficios que trae, no sólo para el bebé, sino también para quien lo carga, se encuentran los siguientes:
 
  • Para el recién nacido, recrea el estado del bebé en el vientre de su madre, lo cual es sumamente ventajoso para el correcto desarrollo del bebé y para favorecer los adecuados niveles de prolactina (lo cual promueve a la lactancia materna) y endorfinas en la madre (que previenen la depresión posparto).
  • Favorece y fortalece el vínculo entre el bebé y sus padres/madres, y da al padre una manera más activa y cercana de participar en la crianza. También contribuye a mejorar el vínculo con otros familiares o cuidadores.
  • Permite a los padres/madres tener las manos libres para trabajar en un escritorio, en la cocina o el jardín, o salir de compras. Proporciona además facilidad de acceso a lugares en que sería más complicado llevar un cochecito.
  • Le da al bebé la posibilidad de ser parte activa en una caminata, charlas, risas, movimientos y trabajo de sus padres/madres. Los bebés sociabilizan mejor y están correctamente estimulados.
  • Proporciona a los bebés muy pequeños el estímulo de tacto y movimiento necesarios para el correcto desarrollo neurológico.
  • Permite a los padres/madres dar mejores y más rápidas respuestas a las necesidades del bebé, incrementando la sensibilidad a sus señales.
  • Los bebés que son cargados lloran menos, sonríen más, tienen menos cólicos, menos vómitos o reflujo, y duermen mejor, en gran parte debido a la sensación de seguridad y cercanía que les brinda el porteo. De este modo, los padres/madres se sienten más competentes, seguros de sí mismos y cercanos a sus hijos.
  • Favorece el desarrollo psicomotor del bebé, permitiéndole lograr mejor postura y equilibrio con el constante balanceo.
  • Mejora el ritmo cardíaco, la respiración y la autorregulación de la temperatura en los bebés.
  • Proporciona seguridad emocional, tranquilidad e intimidad al bebé, permitiéndole sentir el olor, los latidos del corazón y los movimientos del cuerpo de quien lo carga. Beneficia así la sensación de bienestar corporal y la construcción de la autoestima. cóctel para sentirse bien, para la autoestima, para sentir el placer global de su cuerpo. Tal y como advierte el psiquiatra Spitz el afecto vital (el contacto físico) es imprescindible para de los bebés, es el alimento que garantiza la supervivencia.
  • Contribuye a tonificar los músculos de la espalda, necesarios para cargar al bebé, y corrige la postura en quien lo lleva.
  • Portear bebés baja los niveles de hormonas de estrés y adrenalina que circulan en el torrente sanguíneo, tanto del bebé como de su cuidador.
  • Beneficia enormemente a los bebés prematuros y reduce significativamente la tasa de mortalidad.



(*) Texto extraído de la página Felices Criando. Podés visitar el enlace para ver las fuentes de esta información: http://pauroy.wix.com/felicescriando

Nos presentamos

¡Hola! Bienvenidos a nuestro blog. Somos Vir y Pau, asesoras en porteo ergonómico, de Jujuy y de Buenos Aires, Argentina. Somos mamás, aficionadas al porteo, promotoras de la crianza respetuosa con apego y en brazos.

Recibimos nuestra formación de manos de Noelia Fernández, instructora de porteo ergonómico, fisioterapeuta uroginecológica, asesora en lactancia y educadora de masaje infantil. También es la creadora del genial blog Mico Meu, que podés visitar aquí.

Nuestra pasión por el porteo surgió junto con el nacimiento de nuestros hijos, partiendo de la necesidad natural de llevarlos en brazos, bien cerquita de nuestro corazón. Ambas comenzamos a portear usando mochilas comerciales que eran nada o poco ergonómicas, hasta que conocimos la existencia de otras opciones mejores y nos informamos sobre el tema.

Finalmente el camino de la vida nos cruzó, nos conocimos ya interesadas en seguir aprendiendo sobre porteo seguro y nos formamos juntas. Mientras tanto, nos hicimos amigas y dimos inicio a esto que llamamos KUYU.

KUYU significa "tela" en quechua. Elegimos este idioma pues es el de uno de los pueblos originarios de nuestras tierras. Sus descendientes actuales aún portean a sus pequeños, siguiendo esta tradición tan natural como hermosa de llevar a nuestros hijos/as bien cerca, dándoles el lugar que les corresponde como parte de nuestra vida.